Sólo cabe progresar cuando se piensa en grande, sólo es posible avanzar cuando se mira lejos. (José Ortega y Gasset)

miércoles, 22 de octubre de 2008

"Memoria histérica"


       Desde hace ya algunos años, las teorías revisionistas de la guerra Civil Española han quedado obsoletas desde diversas líneas de investigación histórico-política.. Desafortunadamente, desde diversos sectores de la política actual de los que se ha apoderado una especie de “histeria colectiva”, se está volviendo a reabrir, de una forma insensible, las heridas de dicha cruenta guerra.


        Cuando alguien rescata del pasado determinados recuerdos y rencillas, normalmente lo hace desde la perspectiva del rencor y el revanchismo ya que la sociedad democrática en la que vivimos está sustentada en todo lo contrario: el consenso, el fin de la división, la amnistía, el empezar desde cero, etc. Por tanto, la vuelta a estas obsoletas tesis revisionistas se trata si más de un deseo de volver a reabrir esas heridas del pasado que, con la afortunada llegada de la democracia comenzaron a cicatrizarse.


         Y todo esto suena un poco paradójico para mí puesto que en un país democrático el gobierno de turno debe luchar por cohesionar a la sociedad, unirla, fomentar la convivencia. Por lo que realizando políticas de ese tipo lo único que se consigue es dividir aun más la sociedad si cabe.


       Pero el problema más grave ya no es la cohesión de la sociedad democrática, si no el hecho que se destine una gran cantidad de jueces, recursos y tiempo en esta pírrica batalla de Garzón auspiciado por el actual gobierno, cuando actualmente, uno de los principales de nuestro “Independiente” sistema judicial es el colapso en el que está inmerso al no dar abasto a todo el trabajo que tiene con todo lo que ello supone.


       Es de sentido común saber en qué gastarme el dinero si en desenterrar muertos o en evitar que maltratadores, violadores y pederastas vuelvan a actuar. Esto a mí sí me produce histeria.

sábado, 20 de septiembre de 2008

La mala educación

        Siempre he pensado que la libertad en la enseñanza ha ido unida al grado de democratización de un país. A más democratización, más libertad educativa. Suena tan simple… pero, la verdad, es que es un tema muy controvertido.

        A lo largo de la historia del mundo contemporáneo (por no decir moderno y postmoderno) los distintos estados han intentado controlar la educación de sus ciudadanos de una forma muy descarada utilizando dos medios fundamentalmente: la no inversión en educación y, por tanto, la creación de una sociedad cuasi-analfabeta y muy manejable; y la financiación de la educación creando una dependencia total del estado, lo cual suponía lo siguiente: el adoctrinamiento de la sociedad.

        Conforme avanzan los logros democráticos y sociales del siglo XX, se reclama una enseñanza libre. Una libertad de pensamiento que contrastaba con los sistemas educativos de regímenes tan dispares como la Alemania de Hitler, la Italia de Mussolini, la URSS de Stalin, la España de Franco o la Cuba de Castro (por citar algunos). Uno de los pilares fundamentales de dichos regímenes fue el control total de la educación que abarcaba desde el control de los docentes, la elaboración de los contenidos hasta la censura sistemática de autores y manuales. En todos estos regímenes se incluían materias y asignaturas cuyos objetivos eran la formación de alumnos y alumnas según el modelo de ciudadano establecido por dichos regímenes.

        Con la llegada de la democracia, también van llegando avances en materia de libertad educativa y de enseñanza con presupuestos tan importantes y reconocidos como la potestad de los padres en la educación y enseñanza de sus hijos, es decir, ya no es el Estado el que educa a mi hijo, sino que yo delego a otros la educación de mis hijos. Otro asunto es la elección del currículo por parte del estado, asunto que siempre ha ido acompañado del silencio tácito de padres y educadores.

        Si analizamos nuestro “democrático” sistema educativo, regulado desde Mayo de 2006 por la LOE, podemos ver una regresión a etapas anteriores de las que ya he hablado, en la introducción de una asignatura nueva y obligatoria llamada “Educación para la Ciudadanía”, la cual ha sido rechazada por padres, docentes y alumnos. No obstante, el gobierno actual se ha empeñado de forma radical en su imposición en las aulas a pesar de la gran oposición de la práctica mayoría de la sociedad española. Y yo quiero lanzar una pregunta al aire: ¿quién debe elaborar las leyes educativas, el poder político o los que saben de educación?
Observemos los siguientes datos: En los últimos 30 años ha habido en España 5 leyes educativas y en los últimos 15 años, tres leyes (Logse, Loce y Loe) consecuencia: España está a la cola de Europa en la formación académica de sus alumnos.

        Con estas palabras, reivindico el consenso político en materia educativa y la dirección de la elaboración de las leyes educativas de una forma efectiva, sin intereses políticos ni partidistas, como única solución al acuciante problema de la enseñanza en nuestro país, lo cual es harto difícil.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Quitarse la careta...


            Hace unos días escuché una crítica de un ciudadano de a pié contra la clase política en general en la que se quejaba de lo demagógicos que han llegado a ser y de las pocas soluciones que están aportando ante esta crisis que nuestro país está sufriendo. Otro aspecto que apuntó se refería a la excesiva burocratización y lo caro que sale esto a las arcas estatales: municipio, diputación, autonomía, congreso, senado, gobierno, etc. Un político, estoy sumamente seguro que tendría respuestas para todas estas críticas. Pero, ¿cuál es la misión de la política? ¿Ofrecer pan y circo? O ¿solucionar los problemas de la sociedad?


         Estamos en unos tiempos en los que ya no basta con pertenecer a… o formar parte de….Se acabó el: “estoy en este partido  porque va a ganar, o va tener representación”. Incluso los del “voto útil”. Quitémonos, por tanto la careta del prestigio, del a corto plazo  y decidamos libremente qué queremos ser.


          ¿Es que somos unos sofistas mercenarios que sólo trabajan por dinero o reconocimiento? Yo, personalmente, prefiero corromper a la juventud diciéndoles que son libres, que  pueden pensar de forma autónoma, que pueden elegir y que pueden opinar libremente. El primero que “corrompió a los jóvenes” (según decía su sentencia de muerte) fue Sócrates y lo mató el poder establecido.


          Ese ágora desde el que Sócrates “corrompía” a la juventud es lo que pretende ser USDE, un lugar en el que se reivindica y se hace uso de la verdadera libertad de opinión mediante la discusión sana de ciudadanos comprometidos con la sociedad en la que les ha tocado vivir.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Recuerdos, sueños, utopía, ilusión, praxis..

          Han pasado ya cuatro años desde que cuatro jóvenes idealistas decidieron hacer realidad un sueño: “cambiar el mundo”. Esta expresión sabe a utopía y es que cambiar el mundo es utópico, pero intentarlo es humano, incluso diría que es un obligación moral de todo ciudadano poner medios para mejorar la sociedad en la que vive. Pues esa es la IDEA que pusieron en práctica estos cuatro jóvenes: hacer algo para mejorar la sociedad en la que vivían.
          Esta idea, pronto se transformó en un proyecto que, con mucha ilusión y ganas de trabajar, comenzó a caminar en el municipio de Rojales el 16 de mayo de 2004, en un lugar entrañable y acogedor llamado “La Noria”.   
          Pero, como en todos los proyectos, las dificultades surgen y, junto con el pesimismo de no alcanzar los ambiciosos retos propuestos, mermaron esa ilusión primera. Y la verdad es que, todo caminar nunca está exento de obstáculos, dificultades, dudas, desánimo, etc. Sin embargo, ahí está la grandeza de caerse y volver a levantarse, de tropezar y seguir caminando, de sufrir con dureza el agotamiento y aguantar, puesto que la meta está ahí, cada vez más cerca.                      Esta reflexión no pretende ser un recuerdo nostálgico tan volátil como efímero, si no que quiere ser una contundente afirmación: Estamos aquí, nunca nos hemos ido y ahora la ilusión es más fuerte que nunca. El tiempo nos ha ayudado a madurar nosotros, a madurar las ideas y a aprender. Finalmente, apelo a la praxis, a que, con “el Espíritu de la Noria” sigamos adelante a edificar poco a poco sobre el sólido cimiento que ya hemos construido entre todos.