Sólo cabe progresar cuando se piensa en grande, sólo es posible avanzar cuando se mira lejos. (José Ortega y Gasset)

martes, 16 de agosto de 2011

Nuevos vientos

       A menudo, cuando se habla de nuevos vientos, se suele hacer con una connotación positiva,  pero si es de política actual de lo que hablamos se trataría de malos augurios, puesto que el sistema empieza a dar síntomas de agotamiento.
       Aunque me considero optimista, la realidad es que los ciudadanos europeos ya no confían en la democracia y así lo demuestran con acciones tales como: aumento de la abstención en las elecciones,  florecimiento de ideologías extremistas, simpatía por los movimientos antisistema, desconfianza en los políticos (lo cual no es de extrañar por su mala gestión) y un rosario de actitudes que darían mucho que pensar a todos los que han luchado por la democracia en los dos últimos siglos.
        Pero aquí es cuando mi amigo Jordi, catalán castizo donde los haya me repite esa frase tan catalana como cierta. " Es que la pela es la pela". Y me recuerda que las grandes crisis económicas mundiales ha hecho tambalearse los cimientos de las democracias por consolidadas que estén y me recuerda 1929 y 1973 entre otras. Por lo que me supedita la crisis política a una crisis económica y financiera previa que todos conocemos y en la que estamos inmersos. Jordi, tens tota la raó.
        Y unos días después, un aventajado alumno, en aras de una profunda reflexión, me pregunta  en relación al distendido coloquio sobre la crisis (qué palabra más desgastada): ¿Y somos tan tontos los españoles que únicamente cuestionamos el sistema cuando nos quedamos sin trabajo? Tras un silencio otorguista, le contesté con un sí firme y añadí "Esto es España.  
       Si nos hizo falta un siglo completo para olvidarnos, en 1898,  de que no ya no éramos una potencia mundial, ¿cuánto más nos va a hacer falta para darnos cuenta de que, en muchos aspectos nuestra democracia debe ser mejorada? Hay quien, como el profeta en Nínive, llevaba años advirtiendo de lo que iba a pasar pero, al igual que el profeta, nadie le hizo caso y sus desgraciados vaticinios se cumplieron.
       Finalmente, sería más fácil que, tras esforzarnos por solucionar los problemas económicos,  y volver a la anterior normalidad, reflexionásemos sobre nuestra joven democracia para mejorarla aún más , si cabe. Y a ti, querido "quinceemeísta" (perdónenme los filólogos) si quieres hacer algo útil, aporta soluciones para la crisis económica y después, con trabajo y dinero, aporta propuestas políticas. pero con trabajo y dinero, ya podemos ir al fútbol, a los conciertos y a beber cerveza, cosa que por otra parte no está nada mal.